Ocho días después del primer caso, la ciudad comenzó a limitar actividades para evitar la propagación del virus. El turismo y los comercios fueron los más afectados.
Cierres de locales comerciales, mutación de rubros y reaperturas fueron parte de la golpeada economía de la ciudad durante el año de la pandemia. Si bien el Covid golpeó a todos los sectores por igual, el turismo fue uno de los más afectados y Mar del Plata lo sufrió: aún hoy quedan hoteles sin abrir y no se saben si lo harán.
Con el decreto del aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) del pasado 20 de marzo, la ciudad se cerró. Solo quedaron en funcionamiento los “esenciales”: farmacias, supermercados, estaciones de servicio. Incluso, muchos gastronómicos como pizzerías y cervecerías ya habían cerrado antes por orden de la Municipalidad.
La paralización de la ciudad se sintió en la desocupación: en el segundo trimestre del año pasado llegó al 26%, récord histórico.
La reapertura fue lenta y progresiva, guiada por una serie de decretos provinciales en base a la fase sanitaria que transitaba la ciudad y por la recomendación de una Comisión de Reactivación Económica creada en el Concejo Deliberante. Pero al día de hoy hay actividades que todavía no se reiniciaron, como los espectáculos masivos, los buffets de las escuelas o la realización de congresos y convenciones. “La actividad turística fue la más golpeada y todas las industrias que están relacionadas, como el entretenimiento, hotelería, turismo de negocio y espectáculos. Hubo reaperturas pero nadie volvió a la actividad prepandemia. Todos los rubros sufrieron, fue muy complicado, y siguen sufriendo”, describió el secretario de Desarrollo Productivo de la Municipalidad de General Pueyrredon, Fernando Muro.
Asimismo, consideró que los menos afectados resultaron “la industria y la producción primaria” y recordó que “la industria se fue reactivando y Mar del Plata fue la primera en fabricar calefactores y calefones para abastecer la demanda nacional”.
El funcionario destacó que la política municipal siempre apuntó a “la reactivación, defender el trabajo y a favor de las aperturas. Cuidamos las dos cosas: el trabajo y la salud de los marplatenses”.
La reapertura fue lenta y progresiva, guiada por una serie de decretos provinciales en base a la fase sanitaria que transitaba la ciudad y por la recomendación de una Comisión de Reactivación Económica creada en el Concejo Deliberante.
Así, la tendencia implicó “abrir con protocolos, que es lo que se hizo. No se trató de reaperturas indiscriminadas, sino con mucha responsabilidad en la construcción de protocolos” y ejemplificó con “el programa ´Comemos Afuera´, una política pública para reactivar sectores y adaptar la ciudad a un momento muy complicado para priorizar las actividades al aire libre”.
Complicaciones
La hotelería, una de las columnas del turismo, debió cerrar el 20 y marzo y recién reabrió a principios de diciembre, aunque algunos establecimientos todavía permanecen cerrados. “Los hoteles más golpeados fueron los de 1 a 3 estrellas, porque son los que trabajan generalmente con contingentes. Los colectivos no existieron, fue un año duro y una temporada mala”, describió el vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica local, Eduardo Palena. “La gente estuvo 9 meses sin ingresos -añadió- pero venía de una buena temporada. Este año será duro, porque no hay reservas”.
Si bien en el sector pensaron que “la temporada sería mejor y podríamos tapar los agujeros del verano”, la perspectiva no es demasiado optimista con la desaparición del ATP y su reemplazo por el Repro2, aunque “no todos pudieron acceder y además es la mitad del ATP”.
Sin embargo, los empresarios siguen proponiendo opciones, tanto frente a la provincia de Buenos Aires como a la Nación. “El año pasado hubo ingreso cero -explicó Palena- por eso pedimos al gobierno provincial que nos condone la deuda del impuesto inmobiliario de 2020, que son cifras muy importantes, y la devolución de los saldos de Ingresos Brutos que tenemos a favor y no lo podemos usar ni para pagar otros impuestos”.
A nivel local parece que fueron un poco más escuchados, ya que “de abril a octubre tuvimos una rebaja del 75 por ciento del TSU y estamos pidiendo que se extienda”.
Asimismo, se sumaron a las promociones con distintos descuentos para las estadías que se prolongan e intentan impulsar -junto al sector púbico- los fines de semana temáticos ideado por el Mar del Plata Bureau.
La situación en el comercio fue similar. “Tradicionalmente se abren comercios por temporada y se cierran después de Semana Santa, eso sucedió, pero también hubo cierres durante el invierno y mucha mutación a rubros esenciales”, describió el presidente de la Unión del Comercio, la Industria y la Producción, Blas Taladrid.
Ese cambio de rubro se notó, por ejemplo, de comercios e indumentaria que se transformaron en “proveedurías o verdulerías, que permite evitar cierres futuros”, a la vez que los cierres y aperturas varían de acuerdo a las zonas geográficas, relacionadas o no con el turismo.
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